Saturday, August 17, 2013

VIAJES TERATOLÓGICOS: CORAL CASTLE



Nota del coleccionista: De Coral Castle supe por primera vez mientras buscaba material para mis dos entregas anteriores de Tecnología Antigua (PARTE I y II). Nunca Hizo parte de la lista final por no pertenecer al periodo de tiempo de ninguna de las dos entregas y al no tratarse de un objeto “out of site” como tal.

Para mí, uno de los mayores misterios de Coral Castle es por qué tan poca gente sabe de la existencia de él, desde el 2007 vivo en la Florida pero incluso antes, cuando vivía en Colombia, visitaba seguido estas tierras, y nunca en mis viajes como turista o estudiante oí nombrar nada de Coral Castle. Esto ha cambiado en los últimos años con la explosión de popularidad de los lugares misteriosos del planeta debido a programas como Ancient Aliens y similares.

Es por eso que, aprovechando mi reciente luna de miel a los cayos de la Florida, la desviada hacia la ciudad de Homestead fue casi inevitable (“si ve, pa que se casó conmigo” le dije yo a mi esposa cuando le vendí la idea de ir a conocer la casa de un loco). Inauguramos así, una nueva sección en este blog llamada Viajes Teratológicos, en donde rendiré cuentas de mis viajes a sitios donde la teratología haga acto de presencia. La mayoría de las fotos tomadas en este artículo son obra de @EileenBustam y algunas mias. El artículo en si será un híbrido entre la historia en general y la bitácora de nuestra visita.

UNA TRISTE HISTORIA DE AMOR

Edward Leedskalnin nació en Letonia en 1887, hijo de una familia de canteros (Stone masons en inglés lo que ha permitido que muchos lo asocien, seguramente de forma errónea, con la sociedad secreta de los masones).

De su niñez poco se sabe, los registros dicen que era un niño muy enfermo, adicto a la lectura y que solo estudió hasta el cuarto año porque literalmente se aburrió de lo poco que aprendía allí. Se sabe que siendo joven empezó a trabajar con sus padres donde aprendió el negocio de la Cantería y se sabe también que era un hombre de muy baja estatura (apenas 1.50 metros) y muy bajo peso (alrededor de los 40Kg) y bajos ingresos económicos.

Cuando tenía 26 años, Edward le pidió matrimonio a su novia de 16 años Agnes Scuff a quien él siempre se referiría como “my sweet sixteen”. El día anterior a la boda, Agnes se arrepintió y le canceló, Edward, con el corazón roto, decidió irse de Letonia con tumbo a los Estados Unidos para poder así olvidarla.

Al llegar a Estados Unidos, Edward se puso a trabajar en compañías madereras en Texas, California, Canadá y finalmente New York Pocos meses después de estar trabajando en el estado de New York contrajo tuberculosis, enfermedad que en ese entonces era mortal. Los médicos le dijeron que debía dejar de trabajar y buscar un sitio para vivir que fuera de clima caliente, fue así como se fue rumbo a la Florida.

Su enfermedad empeoró cuando llegó a la Florida, donde se instaló en Florida City, la ciudad más al sur del estado de la florida que no es una isla.  Después de trabajar un tiempo en la finca de una familia, cayó gravemente enfermo.  La familia cuidó de él hasta que, milagrosamente, empezó a recuperarse, según él, gracias a que había descubierto un tratamiento a base de electricidad y magnetismo.

Con un poco de dinero ahorrado de sus años de trabajo, Edward compra un acre de tierra a la familia que lo cuidaba en Florida City, y dedica los siguientes años a construir literalmente un castillo, hecho de piedra de coral, en honor a su amada Agnes. El castillo de piedra, compuesto de bloques que pesaban varias toneladas, fue levantado por Edward sin ayuda de nadie aparentemente utilizando herramientas artesanales. Debido a una inmensa puerta de piedra giratoria que daba entrada al Castillo, Edward decidió llamar al castillo “Rock Gate” Park.

El Huracán de 1935 destruyó la línea férrea que unía a Miami con la ciudad de Key West, lo que obligó al gobierno de USA a empezar la construcción de la US-1, una autopista que cruza los Estados Unidos de sur a norte. Edward se entera de los planes por construir la US-1 y que esta pasaría por la vecina población de Homestead y es ahí cuando decide comprar 12 acres de terreno en Homestead y trasladar el castillo a su actual ubicación. De los 12 acres 4 serían usados en el castillo mientras que 8 fueron vendidos al gobierno de Estados Unidos para la construcción de la carretera, negocio en el cual Edward salió ganador.

28 años duraría Edward construyendo su castillo, trabajando de noche, solo, levantando piedras de hasta 30 toneladas sin ayuda de maquinaria moderna.  Sus herramientas consistían en unos trípodes con unas extrañas cajas en la parte superior, un generador eléctrico hecho a mano y poleas.  La cantera de donde sacaba la piedra se encuentra en la parte posterior del castillo, todo el subsuelo de esa zona de la florida es abundante en ese tipo de piedra de Coral.  Cuando le preguntaban a Edward como había logrado construir el castillo él solo respondía que era muy fácil si uno sabía hacerlo y que él pensaba que había descubierto el secreto de cómo construyeron las pirámides.

Edward escribió varios panfletos donde compartía sus teorías de cómo todos los objetos están compuestos de electricidad y magnetismo y de cómo ciertas vibraciones eran capaces de afectar los objetos y cambiarles sus propiedades. Sus explicaciones tienen poco rigor científico y son demasiado básicas por lo que es difícil darles algún tipo de credibilidad. Muchos sin embargo, ven en los panfletos una confesión de que Edward había descubierto un secreto que le permitía manejar la gravedad de los objetos y volverlos menos pesados de lo que normalmente son.

Sobre el origen del conocimiento con el que Edward pudo construir Coral Castle, las opiniones son variadas. Los seguidores de los Ancient Aliens afirman que Edward recibía ayuda extraterrestre o que se habían encontrado algún aparato alienígeno, otros afirman que Edward descubrió en Florida City, tecnología proveniente de los Atlantes, señalando la cercanía de Florida City con el triángulo de las Bermudas. Los más escépticos atribuyen su conocimiento a un legado de sus padres, que eran canteros y a la perseverancia de más de 28 años de trabajo duro.

Edward también era un tipo excéntrico, nunca volvió a enamorarse, se volvió fanático de la astronomía, llevaba una dieta estricta y pasó la vida sin haber manejado un carro (montaba en bicicleta o tomaba el bus cuando tenía que salir) hasta el mismo día de su muerte, en 1951, cuando tomó un autobús al Jackson Memorial Hospital de donde jamás regresaría.

Un sobrino heredaría el castillo, pero decidió no reclamar la propiedad al considerarla una pérdida de tiempo, así que por años el terreno le perteneció al gobierno de la Florida quien luego lo vendió a una familia de Chicago que lo rebautizó Coral Castle y lo convirtió en una atracción turística. Hoy es considerado un monumento histórico.

Lo cierto es que al morir, Edward, varias partes de su generador eléctrico, así como las cajas que se veian en la cima de los trípodes desaparecieron sin dejar rastro, nadie sabe si esto ocurrió ccuando el lugar estaba en manos del sobrino de Edward, el gobierno de Estados Unidos o la familia de Chicago.

Hasta allá fui yo, en peregrinación a ver el trabajo de un genio loco o uno de los misterios de la humanidad. 

NUESTRA VISITA

A Coral Castle llegamos alrededor de las 9:30am cuando el lugar recién abría, fuimos los primeros visitantes del día lo cual representaba varias ventajas. Por un lado, estábamos en pleno verano en la florida y cualquier visita luego del medio día hubiera sido bajo un calor insoportable; por otro lado, Tom, nuestro guía estaba descansado, incluso deseoso de narrarnos toda la historia, y recorrimos una buena parte del parque solo con él. De Tom (a quien recomiendo como guía si algún día van por allá) diré que me gustó su escepticismo y naturalidad con la que hablaba del tema, de un lugar que debería estar alimentándose de la leyenda y la magia, Tom fue una refrescante voz balanceada de la razón trayéndonos los lados teratológico y el histórico perfectamente delineados.

La entrada muestra la vieja piedra que recolectaba la entrada al castillo de la época, 10 centavos de dólar. El mismo Edward, que vivía allí, era el guía y era famoso por ser  un gran anfitrión, muchas veces preparaba comida en la cocina del castillo para sus invitados, participaba en tertulias en los comedores de piedra y organizaba sesiones especiales para niños.

Una vez uno entra es difícil creer que un sitio así se encuentre en el medio de una ciudad tan sin gracia como Homestead.  El castillo es en realidad, un castillo al aire libre, el único edificio del lugar es una construcción localizada en una esquina del lugar que contiene el cuarto donde dormía Edward en el segundo piso y  el taller donde él guardaba sus herramientas en el primero.


El resto del castillo es un patio amurallado lleno de estructuras hechas en piedra, un comedor en forma de corazón que pesa casi 6 toneladas, sillones para leer en diferentes orientaciones para aprovechar las diferentes horas del día, una bañera con espejo incluido hecho de agua y la cocina, un asador hecho con un viejo motor donde Edward cocinaba perros calientes.

Las sillas de lectura, mas cómodas de lo que parecen.
La bañera de Edward. 
Las camas del rey, la reina y el bebé, según contaba Edward.
Después del huracán Andrés, el castillo se llenó de guecos que escaparon de Gatorland, otra atracción turística cercana.
También hay rostros en algunos de los muros del castillo.

Pero es la simbología astronómica la que más alimenta la imaginación teratológica. Una de las esquinas del castillo está adornada por las gigantescas estatuas de Júpiter Saturno y la luna, los muros y el pozo de los deseos muestran estrellas de seis puntas, que algunos han identificado como un símbolo masónico.

Adornos astronómicos.
 El pozo de los deseos con la estrella de seis puntas.

Hay cuatro estructuras  que especialmente me impresionaron, la primera de ellas, es el gran monolito que hay en la parte este, una sola piedra que pesa más de 35 Toneladas y que hoy necesitaría el trabajo conjunto de al menos tres grúas de las usadas en construcción.

La segunda estructura es la famosa puerta de piedra que le dio el nombre original al castillo, desde el 2005 dejó de funcionar, y los dueños del castillo comisionaron a unos ingenieros de la Universidad de la Florida para arreglarla y estos no supieron cómo hacerlo,  hoy está en pie pero clausurada.

La tercera estructura es el segundo megalito más grande, este está ubicado detrás del muro norte y tiene una apertura circular en su parte superior. En el muro norte hay otra apertura  pequeña con una mira hecha de alambre. De noche cuando se mira a través de la apertura del muro y se apunta  a la apertura del megalito, la mira señala la ubicación exacta de la estrella polar.

La cuarta estructura es un reloj de sol, que da la hora entre las 9 am hasta las 4pm (horas en que Edward atendía a los visitantes) pero que además marcaba los minutos y el mes del año.

El cuarto de Edward  contiene una foto a tamaño real del hombre además de la cama que utilizaba y otros objetos. Es un recordatorio de lo increíble que es Coral Castle, de cómo alguien de ese tamaño, trabajando aparentemente solo y sin maquinaria pesada moderna pudo levantar  piedras de esa magnitud y erigir un lugar tan imponente.

El edificio donde vivía Edward.
 El cuarto de herramientas
La cama de Edward
Edward y yo

Ya sea que de verdad Edward Leedskalnin poseía un conocimiento arcano que se llevó a la tumba o un aparato alienígeno del que no tenemos conocimiento o si simplemente era un genio de la ingeniería loco por un amor no correspondido que malgastó su vida en su propio Stonehenge, Coral Castle es un lugar que hay que ir a visitar.


Es una pena que Agnes Scuff, la mujer que inspiró todo esto, nunca quiso ir a ver el monumento construido en su honor.

1 comment:

Anonymous said...

hola que tal
para agradecerte las fotos que subistes de tu visita
en serio me dejo sin palabras.

lo que me dejo con la duda es adonde fue a parar esa caja negra de la que tanto hablan
y quien fue el que tomo las fotos de este ingeniero "loco"

gracias